accident.

... Se apresuraba por ausentarse del tugurbio, sin saberlo iría del infierno al paraiso antes de terminar de sonrreir, producto de la ansiedad vasilaba al contestar el fruto de la tecnología, porque gracias a Dios con el correr del tiempo se había puesto al día y sabia como hacerlo. Recorrían su cuerpo un conjunto de síntomas anormales, dignos de merecer una receta de médico de cotillón. Dejó pasar poco mas de veinte horas para entender con mas exactitud lo que estaba sucediendo, no existían rastros de concentración para optar por los atavíos, posturas, o temas de conversación, era momento de transitar esos malditos metros que se presentaron por equivocación, desafortunada equivocación, momento de sacar su identidad impresa del pequeño bolso virgen y entregársela como quien entrega su cuerpo al fortachon de la puerta para ver si aceptaría su rostro, y así, le permitiera pasar. Ella estaba sola, no podría un hombre estar en sus cabales y denegarle el acceso, no sabiendo que de lo contario quedaria despojada en la vereda. Fué así como entonces subió el par de escalones sin titubear, las pupilas se dilataron por reflejo al percibir la abstención de la luz, se dirijió a la barra para simular tener una mejor ocupacion en vez de buscarlo desperadamente, reibió un golpe de imprevisto y las disculpas del placer...

Me quedé sin palabras..

Chaos.

Canciones que resuenan y retumban entre los huecos, entre los espacios de aire visibles y perpetuables. Colores diferentes que se entrecruzan por inercia cuando las situaciones lo permiten, cuando se fugan las posibles evidencias de lo que esta sucediendo. Respuestas antes de las consultas, dependencia, miradas y más miradas, empacho..
Contribuciones concedidas, rutinas que se esfuman, pedidos obligatorios e informales, excusas, creencias, ganas de formar parte de los minerales, ganas de ser un ser en descomposion para no ser visible, ser, estar, sólo estar sin dominio de mis conductos, de mis sustancias y carencias.
Números negros y rojos que giran hasta marearme en el angosto pasillo lleno de reclutas, gritos, equivocaciones, contactos, vencimientos sucesivos, hora de irme y verte quien sabe cuando...

Cansada del placer que me causa el análisis infinito de las oraciones, de ser yo a la que siempre le tocan los cálculos complejos que culminan aún mas perturbados después de la supuesta regla de TRES simples (simples?). Porque tres esta vez y no naturalmente dos? Porque todo debe tener por teorema su parte no-apta, su parte indescifrable y testaruda? Formas geométricas, estrictas y definidas, lejos de curvaturas que culminen en forma deV con un vértice partícipe de la felicidad total y absoluta. Ecuaciones con tres mil novecientos veintidos incógnitas en donde no hay auxiliares que valgan, resolventes que cooperen de una vez, en donde se pone en juego el estado de mis días y se condicionan mis ganas, ecuaciones con un dejo de informalidad y deseo. Ecuaciones en donde por desgracia ningún número reemplaza a esa maldita X, y todo es elevado a la enécima potencia.

190.

Propietario de mis fotos y escritos, de lo inherte, de lo irreal, de lo absurdo. Propietario por cien-to-cin-cuen-ta minutos.
Creyendo en la ley de la Atracción Universal, para sentirme cómoda y esperanzada, inventando mensajes ocultos en las imagenes de ambos, siendo sumamente conformista a pesar de lo minimo e indispensable. Resistiendo a los factores externos que agudizan mis sentidos, rogando por envolvernos otra vez en un momento absolutamente pleno.
Imaginando situaciones, convivencias, cafeina compartida, horas triplicadas en minutos, placer.
Volviendo a la realidad, despertándome, entendiendo las posibilidades, nulas, entrsiteciendo de ansiedad, creyendo en la ley de la Atracción univer...

Métamorphose.

Estoy comerciando lo que me dijiste ya estaba concedido, comprando por un par de dólares la integridad categórica que en la materialización me haria feliz, escencialmente feliz, justificando mis acciones para manifestarme y que no puedas extraviarme, para acortar metros de raices simultaneas y consecutivas, jugando con vos a la seducción pasajera e inventando un simulacro de posibles romances nutridos de ironía, pero también de un leve deseo almacenado de ambos. Estoy aún procurando que mi cuerpo entienda que bebió de tu sustancia una sola vez y que no puede amoldarse a ello ni cambiar su metabolismo insaciablemente.

Conséquence.

Con los días terminé ineludiblemente desponjándome de algunas células muertas que me dejaron tus manos, tu roce, y todavia no me puedo desligar completamente de esa ración de iris que tampoco me pertenece, que es absolutamente tuya, sumamente atractiva y peculiar y que se halla incrustada en mi retina y llega hasta un poco mas allá.

Mi cuerpo necesita mimetizar las horas de las sombras, dejar de sustentarse de recuerdos y atiborrarse de actos, escenas, consecuencias... Necesita verte otra vez, alcanzar la tesis mas compleja que pueda existir, y consentirla, o reprobarla para que insistas las veces que se me ocurra. Mi cuerpo necesita ser traslúcido, frágil, débil, necesita sentirse protegido, por vos, por tu ausencia de afusión, por tus ósculos colmados de historia.